He estado enamorada de Gunner Kraft desde la escuela
secundaria, cuando me hice amiga de su hijo. Ahora tengo
dieciocho años y sigo suspirando por el multimillonario de las
finanzas, cada centímetro grande y voluminoso de él. Para él, soy
fruta prohibida. No es posible para un hombre de cuarenta y
cinco años. Pero tengo un plan para demostrarle cuánto he
crecido. Lo bien que podríamos estar juntos. Y la tentación nunca
se ha sentido tan bien...
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