Hace tiempo acepté mi lugar en la sombra.
Mi único propósito es hacer orden en el caos del mundo criminal, asegurar que aquellos que rompen las reglas paguen por su infracción con su dinero o con su sangre. No hay un lugar para mí en el mundo “real”. Y aun así... Cuando la miro, su amable sonrisa, su hermosa piel marrón, y las suaves, señaladas curvas de su cuerpo, no puedo más que soñar... Es estúpido; es demasiado inocente, demasiado amable para un monstruo como yo, así que me he conformado con mirarla desde lejos. Y entonces un día me habló, y supe que mi vida -y la suya- nunca sería lo mismo.
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