Soy malvada de pies a cabeza. Mi madre siempre me lo ha dicho.
Hay una fiebre horrible dentro de mí. Se construye, empeorando cada vez que
asisto a la iglesia los domingos y escucho la voz profunda y autoritaria del
apuesto y misterioso predicador del pueblo. La forma en que me mira me hace
temblar. Sólo él puede apagar este fuego dentro de mí. Así que si soy tan
tentadora como mi madre dice, es hora de averiguar si tiene razón.
Mi bautismo es la semana que viene. El predicador me tocará por primera vez.
Poco sé, que una vez que me toque, se negará a soltarme..
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